¿Alguna vez te has preguntado cómo se originaron las plantas de las que comemos y nuestras mascotas o animales de granja? Aquí trataremos de explicarte el cómo.
Imagen cortesía de: https://bit.ly/2KlHjro
Hoy en día estamos rodeados por una gran cantidad de animales domésticos: desde el ganado a partir del cuál nos alimentamos, hasta nuestras mascotas tan queridas y adoradas. De igual forma, muchas plantas que hoy utilizamos como alimento o en bienes como la ropa, son producto de la domesticación, dada por la selección artificial.
Ahora bien ¿Qué es la selección artificial?
Es un proceso por el cual se permite la reproducción solo a los organismos con las características deseadas. En resumen, es un proceso de evolución controlado por la actividad humana. A partir de este proceso se han domesticado especies, adaptándolas al consumo humano, e igualmente, se ha fomentado la diversificación de algunos animales en diversas razas, las cuales priorizan aspectos estéticos, mayor funcionalidad, mayores nutrientes, etc.
A partir de este proceso, se han originado alimentos esenciales como el maíz y animales con los que convivimos diariamente como los perros, los cuales originalmente eran muy distintos y poco amigables con las necesidades humanas. En la imagen de abajo, podemos ver el maíz doméstico actual y el ancestro del cuál se domesticó: el teosinte. Son más que notorias las diferencias.
De razas a razas: los perros y el dilema ético con los pugs.
Todos hemos visto a un pug: su cara chata, su colita enrollada y su forma tan graciosa de actuar nos han llenado de ternura o nos han causado una buena carcajada. Y este es uno de los casos más evidentes de la selección artificial y su influencia en las razas. Podemos ver aquí una imagen del cráneo de un pug comparado con el de su ancestro, el lobo.
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El caso de los perros es uno de los más curiosos en la selección artificial, ya que además se involucra con un proceso de simbiosis que se ha mantenido estable por alrededor de 100,000 años a partir de los inicios de la domesticación de estos organismos. Sin embargo, en las épocas tempranas de la historia y con el surgimiento de los sistemas feudales, algunas razas de perros surgieron como productos de lujo o de alto valor entre la nobleza. Esto nos lleva a la actual Corea del Sur, cuando alrededor del 732 d.C. se conoció una raza de perro que era un regalo común entre la nobleza japonesa y china: el Suchuan Paí, que se volvió muy famoso a tal grado de ser adorado por la zarina rusa, Catalina la Grande, quien siempre salía acompañada de unos cuantos. Varios siglos después, en el siglo XV, se le introdujo a Europa, donde se le conoció por distintos nombres, aunque los más resaltables eran carlino y pug (nombre dado en Inglaterra que deriva de la expresión de cariño pugge y del término latino pugnus que significa 'puño', asociado a la forma de su cabeza). Fue una mascota habitual de las cortes reales en Europa y considerada una raza digna de la nobleza. Finalmente, en los tiempos modernos, su popularidad aumentó a nivel mundial, siendo muy famoso y una mascota cada vez más común en la gente.
Es bien sabido que las características que presenta en su cuerpo, afectan gravemente su salud, y le impiden el desarrollo de una vida normal para un perro, ya que su respiración se dificulta por la forma del cráneo, puede desarrollar problemas en las articulaciones y su columna. Esto lleva a preguntarnos acerca del impacto que nuestra intervención tiene en el bienestar de los organismos que sometemos a selección artificial.
A modo de conclusión
El entender cómo funciona la selección artificial y conocer los efectos que tiene en las especies que hemos "domesticado" nos debe permitir hacer un balance entre los beneficios que nos da y los daños que tiene a los animales y plantas. En el caso del pug, lo más recomendable sería dejar de verlos como la mascota ideal y buscar centros de adopción, ya que hay muchísimos perros en situación de calle que necesitan un hogar, en vez de continuar la producción de una raza que sufre más de lo que goza por el simple hecho de vivir.
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