Por: Arón Miguel Hernández Martínez
El 2 de noviembre, en Austria, se registró un atentado terrorista que fue adjudicado al
Estado Islámico, el cual dejó muertos y al menos a más de 20 personas
heridas, lo que provocó que varios Estados europeos elevaran sus niveles de
alerta, como Reino Unido que elevó el nivel de amenaza a severo. Francia y
Alemania también mantienen altas sus alertas antiterrorismo.
Este ataque fue perpetrado por un yihadista radical, quien
tenía una condena previa por tratar de incorporarse al Estado Islámico en
Siria, pero fue liberado en diciembre del año pasado después de haber
demostrado una buena conducta y haber participado en un programa federal de
desradicalización.
No obstante, el ataque cuestionó la efectividad del
programa, así como el seguimiento que se le da a personas que podrían ser una
amenaza, por lo que el canciller, Sebastian Kurz, dijo en una sesión especial
del Parlamento el día jueves que Austria
actualmente no cuenta con todos los medios legales necesarios para vigilar y
sancionar a extremistas.
El trasfondo del ataque adjudicado por el Estado Islámico
podría ser una forma de responder a la pérdida de su bastión más importante en
Siria, la de su líder y como se vio en el caso de Francia, por la “sátira” en
la que representan a personajes como Mahoma.
Una de las peticiones que se ha dado al interior de la UE
para evitar que se sigan perpetrando ataques al interior del continente,
proviene de Austria, Holanda, Suecia, Dinamarca y Finlandia, los cuales
exhortan a una “acción conjunta de la UE
para intensificar la cooperación en toda la UE”, esta cooperación
principalmente se enfocaría en seguridad y el seguimiento de flujos de dinero
sospechosos.
Por su parte, Emmanuel Macron y Ángela Merkel también han
instado a una cooperación interinstitucional que frene los ataques extremistas
en Europa, dejando en claro que los gobiernos deben de combatir el extremismo
radical y que no significa que se debe atacar a una etnia o quienes profesan
una religión en particular. Lo que se alinea a lo presentado en el documento,
el cual condena cualquier tipo de
racismo, antisemitismo y xenofobia.
Una de las prioridades que debe tomarse en Europa
actualmente aparte de la seguridad, debe de ser la tolerancia y la integración,
pues como lo dijo el canciller Sebastian Kurz, “no se trata de un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes o entre
austriacos e inmigrantes, sino entre la democracia y el radicalismo”, lo
cual es importante recordando que el contexto en Europa ha sido un alza en
partidos conservadores y de ultraderecha.
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