Según datos del Banco Mundial, 850 millones de chinos han salido de la pobreza extrema y el porcentaje de personas viviendo en condiciones precarias ha bajado de ocupar un 88%, en 1981, a menos del 1%, en 2015.
China lidera el grupo de países que han enfrentado efectivamente a la pobreza y que han implementado medidas severas para sacar a sus habitantes de la desesperación socio-económica.
En 2013, el presidente Xi Jingping fijó el 2020 como la fecha límite para que las zonas rurales superen la pobreza extrema. Esta meta es de gran interés para el presidente como para el Partido Comunista Chino, ya que esto es una fuente de legitimación tanto internamente como a nivel internacional.
En este contexto, una de las medidas principales que ha tomado el gobierno chino es dar vivienda y relocalizar a las comunidades más pobres. En los últimos 5 años, a más de 9.6 millones de personas se les ha dado una vivienda.
La iniciativa no solo se encarga de relocalizar a las comunidades sino de proveerlas de servicios como educación y salud, así como fuentes de empleos. A lo largo de 5 años, China ha invertido cerca de 600 mil millones de yuanes (USD$91 mil millones) solo en los programas de reubicación.
De cumplirse el objetivo de erradicar la pobreza para finales de este año, China habrá cumplido uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU del 2030, la erradicación de la pobreza con 10 años de antelación.
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