Activistas y simpatizantes del partido Islami Andolan Bangladesh. Foto de Munir Uz Zaman
Este lunes varias compañías árabes anunciaron el retiro de productos franceses de sus estanterías en respuesta a los recientes comentarios del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre el islam.
A principios de mes, Macron se comprometió a combatir lo que él llama “separatismo islámico”, el cual argumenta que amenaza con tomar el control en comunidades islámicas alrededor de Francia. Además, llamó al islam como una “religión en crisis” a nivel mundial.
Estos comentarios, sumados a su apoyo a la caricaturización del profeta Mahoma, ha generado el llamado, por medio de redes sociales, al boicot de productos franceses.
Este boicot ha sido llamado desde la sociedad, pero también se han sumado políticos de países con mayoría musulmana como Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, quien el lunes declaró en una emisión televisiva: "pido a mí gente aquí. Nunca le den crédito a los productos franceses, no los compren".
Además, Erdogan declaró que la islamofobia y la hostilidad hacia el islam se esta convirtiendo en política de Estado en muchos países europeos.
A Erdogan se le han sumado políticos de otros países como el ministro de Relaciones Exteriores de Jordán, Ayman Al-Safadi, quien declaró: "condenamos la publicación de caricaturas satíricas del Profeta Mahoma".
Otros personajes destacados que se han sumado a condenar las declaraciones de Macron, fueron el líder pakistaní, Imran Khan, el Gran Imán de Al-Azhar (la mayor autoridad religiosa en Egipto) y el ministro de Relaciones Exteriores de Irán.
De la misma manera, miles de personas en los países de mayoría musulmana organizaron protestas frente a embajadas o representaciones culturales de Francia. La protesta más destacada fue la ocurrida en Bangladesh, en donde se reunieron cerca de 40,000 personas llamando al boicot y al castigo para el presidente Macron.
En el mundo hay cerca de 1,700 millones de musulmanes, esto representa un 24% de la población. A su vez, Francia contiene la minoría musulmana más grande de Europa, por lo que el boicot podría representar un golpe duro a las compañías francesas.
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