Mucho
se ha hablado sobre las condiciones laborales para jugadores y cuerpos de
entrenadores, no obstante, otras personas cruciales para el fútbol americano han vivido su propia disputa: los
referees. El 9 de agosto alcanzaron por fin un convenio de
trabajo colectivo con la liga para la temporada 2020.
De acuerdo con los informes preliminares, los oficiales
tendrán hasta el 13 de este mes para decidir si participan o no en los
juegos de este ciclo. Quienes opten por hacerse a un lado recibirán un pago
único de 30 mil dólares, así como la garantía de que podrán volver a su
empleo en el otoño de 2021.
Cuando la noticia se supo, Scott Green, director
ejecutivo de la Asociación de Referees de la Liga Nacional de Fútbol (NFLRA por
sus siglas en inglés), declaró:
No hay nada más importante que la salud y la seguridad de nuestros miembros. Además, sabemos que existen indudables riesgos para nuestros oficiales, por eso nos complace informar que hemos finalizado un plan en conjunto con la liga, mismo que nos provee de beneficios y protecciones adicionales para esta temporada sin precedentes.
Entre las ventajas incluidas en el acuerdo yace
el nuevo convenio médico. Para este año, si un oficial resulta positivo por COVID-19, el caso será tratado como una lesión dentro del
emparrillado y el implicado recibirá todos los cuidados establecidos.
This season officiating crew assignments will be based on geography – limiting travel and allowing game officials to drive to as many games as possible.
— NFL Officiating (@NFLOfficiating) August 7, 2020
To learn more about the 2020 changes, visit: https://t.co/R0L1Z2oC0a
Adicionalmente, el portal footballzebras.com reporta
que han recibido información acerca del colegio dónde son preparados aquellos
que ponen orden dentro del terreno de juego. Según esas novedades, se ha
instado a aproximadamente 40 trabajadores a tener sus uniformes listos en
caso de que se requieran sus silbatos en la liga más exitosa del mundo.
Una de las últimas dudas que quedan es si la falta
de pretemporada afectará la calidad de las reglas aplicadas, pues
únicamente habrá un par de juegos de preparación por equipo. Hace ocho años,
durante la disputa contractual de 2012, las cebras pitaron sin ensayos previos
y eso desembocó en terribles decisiones arbitrales.
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