Nota de color por: Kevin Talancón.
Coacalco, Estado de México. La respiración del
sol era mayor que otros días, las nubes se escondieron como los pecados. Un
viernes santo normal.
Los niños corren en calzones, las albercas
inflables paralelas en las calles reposan tomando el sol. El agua cristalina
refleja el sol como los parabrisas de los carros en las calles vacías de
transeúntes.
La iglesia de la Unidad habitacional CTM está
cerrada, sólo hay una lona a un costado, entre la secundaria Juan Rulfo y ella.
Decenas de sillas negras acomodadas ante un escenario que mantiene tres cruces
grandes al centro.
Murmullo apenas cortado por el sermón de un
padre, rostros detrás de un velo naranja gracias a la lona que corta el sol, y
un pasto reseco inmóvil y quebradizo; que parece que está destinado a que hablen
de sangre encima de él pues, sobre él se han librado las peleas de la
secundaria que está a un lado. Curioso contraste.
Policías vigilan. Hablan y bromean, su uniforme
azul absorbe el calor; sus botas de casquillo, lo repelen. Parecen no inmutarse
o no ver la pared que está al fondo de la misa con un grafiti que versa:
"fuck the police" con una seña obscena.
La multitud se levanta al unísono, llegó la
hora de dar la paz, sonrisas cortas, se estrechan manos, se habla de quién
murió en la cruz, para salvarnos, un niño pregunta << ¿por qué debía
morir?>> La madre contesta <<porque sí>>. No hay
cuestionamientos.
Todos descansan, día feriado, menos los
vendedores de helados y papas, esperan a las afueras de la lona, pasivos y
expectantes, entre los carros, esperando en el sol. El hielo de los raspados se
derrite, deja un charco alrededor del vendedor, sus ojos perdidos y fijos, sus
pensamientos hablan más que el padre.
Los perros llegan a la sombra de la lona, no se
acercan mucho al estrado, se mantienen en las filas de atrás. Hay agua para los
nazarenos con sus tenis Nike, pero no para ellos que quedan flotando, estando y
sobrando, dormidos ante el sermón, falta de respeto que nadie previene.
García Márquez decía que “el amor se hace más
grande y noble en la calamidad” y al parecer el amor a <<quién murió en
la cruz>> se hace más grande y noble y no es sólo por el hecho de que nos
haya dado días feriados.
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