Recents in Beach

En las letras de: Héctor Carreto

Entre cómics, rock y poetas latinos se formó el escritor mexicano Héctor Carreto.

Reconocido en  México y España, su trabajo refleja enteramente sus influencias de vida, a la vez que denota un característico sentido del humor.

Nacido en la Ciudad de México en 1953, el también narrador, antologista y traductor vivió su niñez leyendo historietas, desde Memín Pingüín hasta Batman y Superman. Las viñetas de tales publicaciones y su amor por la lectura lo encaminaron a estudiar Lengua y literaturas hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Ya en su juventud, los versos del género rock en los años 70 de grandes como Bob Dylan y The Beatles lo acompañaron  en su vida estudiantil, donde se inclinó por escribir poemas con un estilo de epigrama (composiciones breves con estilo satírico e ingenioso) inspirado por poetas latinos de la misma corriente como Gayo Valerio Catulo y Marco Valerio Marcial.

La bibliografía de Carreto despliega un gran número de composiciones poéticas que han sido traducidas al francés, inglés e italiano, y han recibido grandes distinciones y premios, entre ellos: El Premio Efraín Huerta 1979 por Naturaleza muerta; Premio Raúl Garduño 1981 por Tentaciones y el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 1982 por La espada de San Jorge.

Su estilo, caracterizado por un sentido del humor irónico, deconstruye estructuras ya establecidas del imaginario colectivo y las reelabora en un escenario contemporáneo con gran desenfado a través de las palabras. En su trabajo lo mítico y antiguo se mezcla con lo actual y cotidiano.

LETRAS EN EPIGRAMA

En su extensa trayectoria literaria destaca Coliseo, título que lo hizo acreedor al Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 2002, donde pone sobre la mesa grandes elementos y mitos de la cultura griega antigua y los mezcla con acciones del día a día, como en "El poeta regañado por la musa" donde una conversación telefónica toma lugar.

EL POETA REGAÑADO POR LA MUSA

“Ante sus cabellos, el viento
fue capaz de enredarse.
Intactos, sus labios permanecen.
Sólo la luz —camafeo— fijó el recuerdo”,
fueron los versos que escribí pensando en ella.

Después de leerlos, la Musa marcó mi número:
“¿Por qué me describes con palabras de epitafio?
Según mi espejo de mano, no estoy muerta
               ni soy estatua.

Tampoco quieras que me asemeje a tu madre.
¿Estás enfermo, o qué sinrazones
te obligaron a cambiar de poética?
¿Acaso aseguras un túmulo en la Rotonda
                de los Ilustres,
en el Colegio Nacional,
                 o paladeas dieta vitalicia?

Escúchame: no escribas más como geómetra abstraído,
en un lenguaje de cristales que entrechocan,
capaz de pintar una batalla como ramo de madreselvas.

Confía en el instinto: que tus labios refieran con orgullo
               mi talento en el baile, mi afición por el vino.
Presume al lector de mis piernas en loca bicicleta,
de los encuentros sudorosos, cuyos frutos
                son tus epigramas.

Tampoco ocultes que tenemos diferencias.
Entre la musa que riñe contigo y la que duerme en un lienzo,
no dudes: confía en el instinto”

Otra de sus grandes exponentes es Habitante de los parques públicos, antología que ganó el X Premio de Poesía Luis Cernuda en el año 1991. En esta ocasión, el autor revisita varios sitios dentro de las calles en la Ciudad de México con un toque nostálgico pero sin perder su esencia.

ALAMEDA

Amantes del riesgo,
perseguimos el zumo de los parques.

Húmedo, aguarda un vasto lecho.

Pero hay faroles que delatan
y estatuas con uniforme.

Detrás de cada álamo
acecha la mirada de algún edificio.

En la rama más alta canta el carillón.

Tal vez llueve.

Nosotros, sobre la banca
o bajo el árbol enfermo,
esperamos el momento
de asumir el riesgo.

Como última recomendación se encuentra su última obra, publicada en el 2015: Testamento de Clark Kent. Quizá la menos celebrada, pero no por ello menos interesante. Este compilado de 66 versos estudian a Superman, el famoso superhéroe de la casa DC cómics, desmitificando su imagen de Dios para conocer la cotidianidad de su lado humano: desde sus más profundos sentimientos hasta los pensamientos que sus seres más cercanos tienen cada vez que lo ven volar alrededor de Metrópolis.

LABOR ACADÉMICA

Además de poesía, Héctor Carreto ha sido colaborador en publicaciones del Fondo de Cultura Económica, así como impulsor del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA). Actualmente dedica  tiempo completo a la docencia e investigación en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

Sin embargo, ha declarado en reiteradas ocasiones que aquello que más ama es escribir poemas, aunque para nada es una labor fácil. En entrevista con Atzaed Arreola, aconseja a nuevas generaciones afirmando que un escritor “debe contar con una gran capacidad de analogía, para poder hacer conexiones entre el mundo imaginario con el sensible”.

Publicar un comentario

0 Comentarios